La terapia de Interacción Recíproca (TIR) es una terapia de tiempo limitado que utiliza conceptos y fundamentos de las terapias psicoanalíticas, cognitivas, estratégicas, sistémicas e interpersonales. Es por tanto integradora o ecléctica, aunque tiene elementos propios. Es una terapia dirigida al clínico, si bien sus procedimientos podrían incluirse en protocolos de intervención psicopedagógica, familiar o social. La TIR induce de forma habitual estados de profunda relajación en el paciente. La TIR se ocupa de lo relacional y de las normas que dirigen la interacción del sujeto con el mundo en el aquí y ahora, siendo de gran interés el complejo emoción-motivación-cognición sobre todo en los primeros niveles de análisis del cerebro humano.
Este complejo es lo que denominamos esquema emocional, que es una grabación de la experiencia subjetivamente vivida. A través de la psicoterapia esta grabación es la que tenemos que cambiar cuando el esquema emocional actual, para explicar la realidad presente, no es adaptativo o implica la presencia de síntomas o conflictos. Con la reestructura del esquema emocional tratado se establece una diferencia en la percepción de la realidad con la que se le da un significado más soportable, que determina la adaptación.
Vendría siendo igual a lo que un arqueólogo (terapeuta) hace cuando está frente a una valiosa obra de arte (paciente) erosionada por las variables surgidas en el tiempo. Siendo necesaria su reconstrucción para así poder admirar su gran belleza. El cambio terapéutico se elabora a través del vínculo terapeuta-paciente. Donde el arqueólogo (terapeuta) aprende a profundizar en los sentimientos y mensajes (esquemas emocionales) que el autor de la obra (paciente) quiso transmitir a través de ella, para así provocar un aprendizaje por un efecto “espejo” en él. Será parte importante del cambio terapéutico trabajar los componentes afectivos del paciente ya que éstos están ligados a la realidad que percibe el sujeto desde el primer momento del análisis de la situación. La emoción es más antigua que la cognición o razón. Para ello intentamos buscar las soluciones al estilo y a las necesidades del paciente al igual que la confección de un hermoso traje a su medida. De esta forma conseguimos personalizar la terapia y será a través del cuidadoso estudio de la comunicación multinivel entre terapeuta y el paciente o ”interacción recíproca”. La TIR no acopla el paciente al modelo, sino el modelo al paciente siendo compatible con la medicación.
La TIR es una terapia generativa al generar en el paciente un estado de interacción con su entorno que le impulse, por sí mismo, a una mejor adaptación con la realidad actual y el presente en el aqui y ahora. Se le ayuda dándole recursos para ordenar sus ideas con flexibilidad, para de esta forma ampliar la visión que tiene el sujeto de su realidad, para que de esta forma aprenda él mismo a buscar y a elegir la solución. “Cuando conducimos, no hay que mirar continuamente hacia atrás pues nos estrellaríamos, sino al frente y cuando miremos hacia atrás será para tomar conciencia de donde y desde donde partimos para así mejorar el presente”.
“Una vez….. un niño que padecía pesadillas con los tiburones que le atacaban durante el sueño, no quería dormir por temor a volver ser atacado. Desde el comienzo de la terapia conductual se hicieron esfuerzos por no atender las suplicas del niño para que un adulto durmiera con él. Se trabajo relajación y cambios en la alimentación nocturna. Se le hacia ver que cuando imaginaba el sueño entraba en pánico y era esa angustia la que le impedía dormir y ser la causante de su pesadilla. Se le hizo ver que era un sueño y que nunca le pasaría nada. El contestaba “si pero cuando duermo el tiburón viene y me ataca”, por lo que poca tranquilidad y seguridad se le daba. El terapeuta TIR le pregunto si alguna vez había visto en la parte inferior derecha de los sueños la varita mágica del sueño, de tal forma que si un tiburón no le gustaba, al tocarlo con esa varita se convertiría en un delfín o …. El niño se durmió tranquilo con la motivación de poder encontrar la varita mágica, la cual simbolizaba que la solución estaba dentro de él y que los sueños son un mundo mágico. Al despertar la mañana siguiente le dijo a su mamá que no había soñado con tiburones pero que sí había visto la varita mágica del sueño pero en la parte superior izquierda.